Como cada verano, me despido de mi ciudad, para aventurarme en un mar de sueños y de emociones en diferentes rincones del mundo.
Se podría decir, que viajar es uno de mis tranquilizantes, ya no solo por el
hecho de romper con la rutina diaria, sino por el estar en un lugar diferente e
investigar sus orígenes. Soy muy curiosa, lo reconozco, y me encanta que las cosas que
veo se me queden grabadas tal y como son. No me conformo con ver lo más
importante de los lugares, es más prefiero ver cosas diferentes, se puede decir
que lo diferente me atrae.
Camiseta:Hollister
Camiseta; Jersey; Vaqueros: Zara/Sandalias:Marypaz/Bolso:Primark
Benidorm fue uno de mis primeros destinos
tras hacer Selectividad. Aunque sea un lugar mítico para irte a la playa, o
para irte de fiesta, intenté que también
fuera algo turístico. Me he dado cuenta a lo largo del curso, siento una
debilidad por las zonas antiguas de las ciudades, y por eso, mi queridísima
Alazne y yo visitamos el casco antiguo de Benidorm como unas tres veces durante
nuestra mini estancia. Me recordó un poco a las islas griegas: las fachadas blancas,
suelos de piedra con algún que otro mosaico, el mar de fondo...
Como en todo viaje ocurren muchas anécdotas,
y que algunas deben ser guardadas. Aun así hay una que me gustaría contaros; estábamos
tomando algo en un bar a pie de playa y me dio por fijarme en la luna ¡era de color naranja y enorme! ME ENCANTÓ.
Me alejé de la terraza para intentar sacarla
foto con el móvil, pero no se apreciaba bien… por lo tanto decidí contemplarla
y quedarme con ese momento, momento en el que oía las olas llegar a la orilla
de la playa y el olor que desprendían, fue increíble.
¡Disfrutad del verano!
Allende. xx